Cuando hace unos diez años, un grupo cervecero internacional suspendió las actividades en la ciudad rusa de Kursk, se originó un cierto vacío cervecero en la región. En consecuencia, Oleg Nosov decidió fundar con su socio comercial Grigory Davidenko en 2012 una cervecería propia, la Kursk Beer Company Ltd. Ambos contaban con una larga trayectoria en la distribución de cervezas. En la ciudad del mismo nombre adquirieron una edificación desocupada e instalaron la primera planta de producción de cerveza, a la cual, y apenas cinco años después, se le suma ahora una segunda planta.
Además, Kursk arrancó con una sala de cocción checa, con un rendimiento de 30 hectolitros por cocción y seis cocciones al comienzo, y que gracias a una ampliación técnica aumentó a diez cocciones por día. En el primer año, la producción apenas ocupaba un cinco por ciento de la capacidad. Apenas tres años después, el volumen de producción había llegado al límite máximo posible, también gracias al constante crecimiento del área de distribución. Los propietarios y expertos vendedores habían realizado un gran trabajo en equipo.
Ahora los responsables debían analizar cómo producir más cerveza y para ello contactaron a varios fabricantes de salas de cocción. Después de que la directora general Natalia Portalimova evaluó para ello proyectos de referencia en cervecerías bávaras, lo tuvo muy claro: «De todos los proveedores, Krones fue la empresa que mejor nos supo convencer de que recibiríamos de ellos la técnica y la tecnología para una cervecería del siglo XXI».
De todos los proveedores, Krones fue la empresa que más nos convenció.
Natalia Portalimova
Ingeniería de procesos de punta a punta
Krones recibió el contrato para construir una planta cervecera completa, desde la recepción de la malta hasta los tanques de presión. Para tal fin, la cervecería Kursk construyó en el terreno de la empresa un edificio nuevo de dos niveles de 1.200 metros cuadrados de superficie. Krones suministró los equipos y se encargó de la electrónica y técnica mientras que las instalaciones eléctricas y mecánicas fueron realizadas por el personal propio de la cervecería.
Sala de cocción clásica de cinco recipientes
La planta está diseñada para un rendimiento de 60 hectolitros por cocción y doce cocciones por día. Trabaja con una tasa de evaporación del cuatro por ciento y produce cerveza con una concentración del mosto original de 14,5 grados Plato.
La sala de cocción consta de:
- Macerador ShakesBeer
- Cuba-filtro Pegasus C
- Caldera de mosto con cocedor interno Stromboli
- Tanque de espera
- Whirlpool
La demás ingeniería de procesos fue instalada en la planta baja y consta, entre otros, de:
- Almacenamiento, cultivo y propagación de la levadura
- Molino de trituración de malta húmeda Variomill con un rendimiento de cinco toneladas por hora
- Filtración de precapa TFS mediante kieselgur, así como una centrífuga
- 16 tanques cilindrocónicos de fermentación y maduración bajo techo con un volumen neto de 600 hectolitros cada uno y conectados entre sí mediante tecnología de paneles de tubos
- Un tanque de presión de 328 hectolitros de capacidad y otros dos tanques de presión con un volumen neto de 673 hectolitros cada uno
- Planta CIP
- Sistema de control de procesos Botec F1
Con esta combinación de equipos es posible producir anualmente alrededor de 300.000 hectolitros.
Línea de conexión directa con Freising
Prácticamente un año exacto después de la adjudicación del pedido, la nueva cervecería fue puesta en servicio en agosto del 2017. «Para la nueva sala de cocción de Steinecker habla por sí solo el hecho de que la primera cocción ya fuese un éxito y que desde un comienzo comenzamos a producir cerveza para la venta», explica Natalia Portalimova. «El principal cometido era lograr que todas las propiedades organolépticas de las cervezas fueran iguales a aquellas producidas en la antigua sala de cocción».
Habla por sí solo el hecho de que la primera cocción ya fuese un éxito.
Natalia Portalimova
Krones capacitó a los empleados de la cervecería in situ y también instaló simultáneamente una conexión VPN, a través de la cual es posible prestar asistencia técnica remota desde la fábrica de Freising. «En cuestión de pocos minutos estamos conectados con los especialistas de Krones. Esto es especialmente importante en temporada alta. Afortunadamente lo hemos necesitado muy pocas veces», afirma la directora general Natalia Portalimova.
Producción de cerveza las 24 horas
La nueva sala de cocción de Steinecker cuadruplicó la capacidad en comparación con la primera sala de cocción y también gana puntos en materia de sostenibilidad. «En todas las secciones pudimos reducir significativamente el consumo de energía y fluidos, en la filtración la pérdida de cerveza es mucho menor», se alegra Natalia Portalimova. También disminuyeron los costos de personal, ya que no obstante que la producción sea mucho más alta se requiere el mismo número de operadores que en la sala de cocción existente no automatizada. La cervecería de amplio surtido sigue aprovechando esta sala de cocción vieja para producir lotes más pequeños de cervezas exclusivas y sobre todo, para cervezas de fermentación alta. Desde un comienzo la cervecería Kursk decidió no usar adjuntos para producir la cerveza sino cereales malteadas. Sin embargo, las variedades de cerveza se han duplicado desde la fundación de la cervecería a doce tipos de venta todo el año, desde la cerveza Lager y la cerveza Ale hasta la cerveza de trigo. A ello se suman diversas especialidades cerveceras algo exóticas, como por ejemplo una cerveza Stout producida con avena, una Porter o una American Pale Ale (APA).
La nueva cervecería opera 24 horas al día, siete días a la semana, 360 días al año. Con lo cual, la cervecería Kursk ha llegado nuevamente al límite de sus capacidades.
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